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sábado, 18 de agosto de 2012

DECÁLOGO de un CUARENTAÑERO 2.0: 9) La improvisación es la más sofisticada de las planificaciones





. sábado, 18 de agosto de 2012

Pertenece a la serie: Reflexiones veraniegas: DECÁLOGO de un CUARENTAÑERO 2.0

Reconozco que hubo un tiempo en el que yo también estaba enganchado. Era de los que lo planificaba todo al milímetro y luego no había forma de cuadrar esa planificación con la realidad, surgían tantas variables que aquello era un ciclo sin fin.

Es cierto que si pensamos en productos/proyectos (un edificio, un puente, una carretera, ...) hay que tener en cuenta una cierta planificación, pero en la medida en la que te vas desplazando hacía los servicios (atención al cliente, RRHH, innovación, ...) el porcentaje de lo que tradicionalmente venimos llamando planificación tiene que verse reducido en favor de la improvisación, porque la incertidumbre es la principal variable que hay que saber gestionar. (ya les gustaría a los analistas financieros acercarse, aunque sea de lejos, a ello)

¡¡¡Y ahora es cuando nos llevamos todos las manos a la cabeza!!! ... o no, porque la improvisación no es dejarlo todo al azar, ni falta de preparación, sino todo lo contrario, la improvisación es un verdadero arte para el que se requiere:

- Imaginación: léase la creatividad la tenemos todos, sólo que si no se ejercita se atrofia, es como los músculos, si se entrena habitualmente se puede desarrollar hasta límites insospechados.
- Concentración: hay que ser capaz de aislar bien el problema y de centrarse en él, sin que elementos secundarios nos distraigan. Ser capaz de conseguir este estado mental puede llevar años. Sólo hay que fijarse en los deportistas de élite...
- Conocimiento: Tanto particular (tenemos que tener unas bases fundamentadas sobre las que apoyar nuestra exposición), como general (tenemos que ser capaces de SORPRENDER planteando combinaciones que muy pocos hubieran propuesto)
- Oratoria: Es muy importante no sólo saber expresar lo que uno siente, sino potenciarlo para conseguir que esa expresión llegue al receptor de una forma casi "mágica", para ello es muy importante tener soltura, y saber expresarse de una forma espontánea, y por supuesto contar con recursos como anécdotas, refranes, lecturas recientes, lenguaje no verbal, ...

Y es como decía Shakespeare, las improvisaciones salen mejor cuando se preparan.


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