Hoy es el ultimo día y como de costumbre apuramos el "check out", pero como el avión sale a la tarde decidimos despedirnos de la isla blanca en la playa de Las Salinas.
No hay mucho que decir, sombrilla, tumbona, bañito, paseos y comida en el chiringuito (Jockey).
A la tarde nos dirigimos al aeropuerto, y la isla mágica nos vuelve a sorprender, por un problema con nuestros billetes debemos de salir en el vuelo del día siguiente.
Sin dejar que esto nos "desaliente", remontamos la situación volviendo a Las Salinas a ver el atardecer.
La noche se distribuye entre una cena a base de Sushi en el Usuahaia, unos zumos en Dalt Vila y unos bailes en el mítico Keeper, muy cerca del Pacha, muy recomendable para aquellos que les gusta un ambiente alternativo alude las macro discotecas.
Ibiza ha robado un día a nuestro destino, pero no importa, a ella se lo perdonamos todo.
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