Confieso que he visto Whatsappear a médicos, vigilantes de museo y hasta conductores de autobús. Las notificaciones es están en todas partes... ¿Te imaginas que a James Bond mientras salta esa enorme presa en "Golden Eye" se le ocurre contestar un Whatsapp? Pues igual no lo cuenta...
Whatsapp, Twitter, Facebook, llamadas, tareas programadas que saltan, citas en el calendario, mails que llegan (y muchos son spam publicitario), y así a lo largo de todo el día. Si te paras a contarlos son CIENTOS!!!
No se trata de estar desconectado todo el día, pero sí de hacerlo cuando lo consideres oportuno. Normalmente el smartphone es el dispositivo por el que nos llegan más notificaciones, yo tengo un truco para anularlo por completo, consiste en apagarlo y en llevarlo a una habitación o lugar diferente al que me encuentro trabajando, para evitar la tentación de cogerlo y encenderlo por sí hay algo urgente.
Se qué parece drástico, pero lo llevo practicando años y me ha servido para darme cuenta que en esta vida hay muchas menos cosas urgentes de las que la gente te hace creer.
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