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miércoles, 22 de junio de 2011

La mirada del niño





. miércoles, 22 de junio de 2011




Recuerdo que un deportista de élite me dijo una vez que el día que perdiera la "mirada del tigre" se retiraría de la competición, ese era el momento exacto de dejarlo.

Ya se que parece una obviedad, pero siempre he pensado lo mismo de los niños, el día que pierden su "mirada de niño", comienzan a ser adultos.

Este fin de semana he tenido la oportunidad de reunirrme con más de un centenar de compañeros de La Salle (Deusto - Generación de 1972), despues de más de 20 años (y en algunos casos 25), para celebrar la I "Kedada", de lo que espero sea el principio de una larga cadena de encuentros.

Los que habéis tenido alguna experiencia similar sabéis de lo que hablo, para los que no, simplemente, explicaros que es algo maravilloso, sientes que de nuevo, decenas de miradas de niño te envuelven, esperando, únicamente, encontrar un rato divertido. Es como un "recreo" que en lugar de 20 mn se prolonga durante toda una jornada.

Descubres como poco a poco van viniendo recuerdos a tu mente, y tienes la sensación de que no ha pasado tanto tiempo, de que en realidad, esto de ser niño, no es una edad, es una actitud.

Os invito a practicar a partir de ahora, en vuestro a día a día, la "mirada del niño" esa que curiosea, que no prejuzga, que busca el lado divertido de la vida y descubriréis mas amigos que enemigos, mas oportunidades que amenazas, en definitiva, un largo "recreo" nos espera... ¿Jugamos?


-- Publicado desde Mi iPad 2


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabias y tiernas palabras, amigo Oskar. Aunque yo también creo que la madurez nos ha enseñado a ver muchas cosas que de niños no apreciabamos de nuestros compañeros de patio. En todo caso, el cariño con que miramos a aquellos con los que perdimos la inocencia no deja de sorprenderme y a la vez hacerme sentir bien.
Aitor GM

Anónimo dijo...

Creo que has sintetizado muy bien lo que sentimos. Ahora que tengo hijos aprecio más, si cabe, esa mirada que nunca quise perder.. y que el sábado, al menos, pude recordar.

Natxo

Anónimo dijo...

Hace poco, por decir nada, leí en algún sitio que la madurez nos sobreviene cuando nos acordamos de todo, o más correctamente cuando dejamos de tener la memoria de pez de los tiernos infantes, para quienes cada día todo es nuevo y que son capaces de ponerse a morir por un güito y al minuto siguiente reirse de Janeiro, con lo que solo se preocupan de disfrutar de cada instante sin dejar espacio a los remordimientos, el rencor, los prejuicios y el acumulador de malos rollos, ese que lamentablemente vamos alimentando y desarrolando con los años y que a la postre va sesgando nuestra manera de relacionarnos con los demás y moldeando nuestra conducta. Esto me daría pie para hacer una reflexión acerca de la diferencia entre perdonar y olvidar, trend topic sobre el que he porfiado luengo y tendido, a menudo con mi marida y que siempre acaba con el silogismo: "si no olvidas, no perdonas del todo"... pero en fin que este blog no es mío y tampoco me quiero meter en jardines ni en disquisiciones filosóficas que tampoco vienen al caso. Bueno, a lo que iba: que si, que es importante saber olvidar, hacer reset mental y borrón y cuenta nueva de vez en cuando, y estar abierto a todo puerilmente por la salud mental, como hacen los niños esos de la límpida y pristina mirada. De acuerdo. Pero no deja de ser menos cierto que para mantenernos aferrados a esa niñez remota e idílica que preconizamos hoy aquí, en ocasiones, hay que hacer lo contrario, uséase recordar todas aquellas pequeñas cosas, aunque fueran nimiedades (soy bastante aficionado al particular, por cierto), que aunque nos den vergüenza nos conectan con ese niño que otrora fuimos. Para ello es preciso descubrir ese tupido velo que nuestro subconsciente utiliza como terapia para quitarse de en medio y esconder lo que le estorba y le turba. En definitiva que todos hacemos backups y resets y como diría el otro aristotélico-tomista (Ese Yogui to palmera ahí): en el término medio está la virtud.


Peter pan, digo...J.Boyra

Anónimo dijo...

Lo has resumido perfectamente en una frase, Oscar. Yo personalmente lo viví con la mirada de niño..pero con más tranquilidad y menos rebeldía que hace 20 años. Lo que me sirvió para disfrutar más de todo.

Guti

Anónimo dijo...

hemos pasado por muchas cosas juntos. muchas personas y muchos espacios compartidos. el sábado nos dimos cuenta de que somos lo que somos, entre otras cosas, por las personas que estaban allí. los iguales, los de tu edad, son una influencia bestial. Deteneos a observar las fotos que se están compartiendo. hubo buen rollo, conexión. Existía vínculo.

Anónimo dijo...

Me quedo sin palabras. Para mi fue un reset brutal y necesario. El maremagnum de sensaciones, de buen rollo, de conexion... el sentir ser parte de algo, el acercarte a alguien sin importar que o bien no hubieras hablado con el/ella en el "cole" o que hayan pasado mas de 20 años, y ver que la charleta fluia, las risas, la cercania, las miradas......Oscar un resumen precioso, concreto y con mucho para leer entre lineas. Gracias a todos/as por este momento y por los que, espero, nos quedan. Da gusto haber formado y formar parte de ello. Para mi, fortalece. Un Beso. Mayka

Anónimo dijo...

Como te pasas Oskar !!

Salu2

Juanan

Anónimo dijo...

Fue un día increíble. Vivimos un momento especial, unas sensaciones indescriptibles. Simplemente comentaros que después de una semana todavía sigo dándole vueltas al tema, y que durante los tres primeros días me costó dormir...
Espero que sigamos manteniendo vivo esto que tenemos.
Saludos. Gonzalo

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